LOS HIJOS ANTE EL DIVORCIO DE SUS PADRES

Los hijos ante el divorcio de sus padres

Por: Elisa Bissu (Licha), Psicoterapeuta

Cuando el divorcio es inminente, hay diferentes formas de enfrentarlo y sobre todo cuando existen hijos de por medio.

Los hijos son los testigos presenciales y los directamente afectados por la forma en que terminó el matrimonio. Algunas personas creen que los niños son chicos, están en su mundo o no se dan cuenta de lo que pasa, pero realmente no es así. Los niños sienten una energía negativa y de tensión en casa que no se puede ocultar.

La forma en la que se lleve a cabo la separación es decisiva para que los hijos superen este desenlace más fácilmente y que el proceso sea menos traumático o doloroso. Las mejores alternativas incluyen:

  • Informarlos de forma adecuada según sus edades, sin hablar mal del cónyuge.
  • Darles tiempo a que lo asimilen
  • Apoyarse de profesionales de la salud mental para que los hijos expresen cómo se sienten.

Hay que tomar en cuenta que es importante que se enteren por los padres y no por terceras personas.

Estemos conscientes de que pasarán por un período de adaptación a esta nueva vida, que seguramente será doloroso y difícil por los cambios que esto conllevará.

Y ¿qué les pasa a los hijos?

Unos no desean que sus padres se divorcien, otros se sentirán aliviados, en especial si los padres estaban en eterno conflicto y ya no quieren vivirlo más. Quizás experimentarán muchas pérdidas que habrá que procesar, empezando por la falta de uno de los padres en la convivencia diaria.

Los hijos sentirán presiones hacia ellos por parte de los padres y tendrán conflicto de lealtad ante uno de ellos. Si la hostilidad entre los padres persiste después del divorcio, será aún más doloroso para los hijos. Esto conllevará a varias consecuencias, entre ellas se encuentran:

  • Baja en rendimiento escolar por su preocupación y falta de concentración.
  • Problemas de conducta.
  • Bajo auto-concepto.
  • Dificultades sociales y emocionales (miedo a quedarse solos o desamparados, sufrir de ansiedad, enojo, culpa, depresión).
  • Algunos vivirán con la fantasía de que sus padres regresarán a vivir juntos.

Algunos consejos que pueden ayudar

  • Ser cariñosos y hacerles saber que el cariño no les faltará.
  • Asegurarles que no les faltará la presencia de ambos padres.
  • Ser empáticos con sus sentimientos, entendiendo y sintiendo lo que sienten.
  • Establecer las reglas del nuevo juego, claras y entendibles.
  • Continuar con las rutinas que les van a dar estructura.
  • Ponerse de acuerdo antes de dar permisos, así como en su estilo cotidiano de vivir, en cuanto a sus hábitos en general, para mantener un frente común que les dará seguridad.
  • No permitir que los hijos tomen ventaja o abusen de uno de los padres, poniéndoles límites claros.
  • No compartir detalles de sus conflictos y vidas que harán el proceso más doloroso (ellos no pueden hacer nada y sentirán impotencia y culpabilidad).
  • No convertirlos en su pareja: cada quien con su rol y lugar jerárquico en la familia.
  • Cumplir con sus promesas.
  • Tener paciencia en cuanto a su proceso de readaptación a esta nueva vida.
  • Buscar asesoría psicológica.

Qué no ayuda

  • Pedirles que escojan a uno de los padres.
  • Ponerlos en medio y usarlos de mensajeros, confidentes o aliados.
  • Desatender sus necesidades personales.

Recordemos que los niños sufren menos cuando los padres cooperan para su bienestar.

Dicen que: Un buen divorcio es preferible a un mal matrimonio.

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