EL PERDÓN Y LA REPARACIÓN EN NUESTRAS RELACIONES

El perdón y la reparación en nuestras relaciones

Por: Sofía Mann de Dayan

Mtra. en Psicología Clínica y Psicoterapia

En todas las relaciones humanas hay la posibilidad de sentirse herido por la conducta del otro. 

Las relaciones de afecto y amor nos vulnerabilizan, nos dejan sentirnos expuestos a las conductas y reacciones del otro; ya que en ellas depositamos nuestras ilusiones y expectativas, así como nuestros deseos y anhelos más sinceros. 

Todos aquellos que hemos estado en relaciones de amor y amistad profundas, hemos sentido miedo: miedo a sentirnos heridos, miedo a herir o fallar, miedo a entregarnos más de lo que la situación requiere, o miedo a desilusionarnos. 

Cuando queremos a alguien, el reto es entregarnos a la relación; exponiéndonos y sobrellevando las fallas y errores, porque OJO: siempre habrá conflictos. Éstos son una parte fundamental de las relaciones. 

Pero… ¿Qué es permitido en las relaciones y hasta dónde?

En nombre del amor: permitimos, toleramos, accedemos, perdonamos y repetimos patrones. Porque fuimos educados entre historias de hadas que muestran la perfección; el amor incondicional más allá de cualquier circunstancia; el sacrificio aún a costa de nuestras propias necesidades. No pienso que el amor no tenga un poco de todo esto, pero no más allá de nosotros mismos. Porque cuando amamos más al otro que a nosotros, NO amamos, dependemos. 

Muchas veces he sido testigo de historias que terminan en maltrato bajo la consigna de “sólo por amor”. Algunas reflexiones sobre esta frase:

  • Sólo por amor, no a costa de mi.
  • Sólo por amor, no a costa de ti. 
  • Sólo por amor, no por cumplir una expectativa.
  • Sólo por amor, no sacrificando el bienestar de nadie.
    Si se sacrifica el bienestar, NO es amor, es sacrificio; y puede llegar al maltrato o abuso. 

Seguro en este punto estarás pensando, entonces ¿no se tolera nada? ¿Qué pasa si mi pareja, amigo o hermano, me falló, pero está realmente arrepentido? Una falla no siempre borra aquello que llevamos construyendo tanto tiempo. 

“Quiero intentar nuevamente, quiero dejarlo pasar, quiero perdonar.”

El perdón no es un sentimiento, es una decisión. Perdonando al otro no lo libero de la culpa o la responsabilidad de lo que hizo; sino que me libero a mi de la carga del rencor. 

El rencor y el resentimiento son armas fuertes contra uno mismo. 

En la religión judía estamos a unas semanas de Yom Kipur: el día del perdón, el día de la reparación. Estamos por comenzar un ciclo nuevo, comenzamos un nuevo año. Y la consigna es reparar; de lo contrario, estamos destinados a repetir patrones.

Cuando tenemos padres, hermanos, pareja o amigos, que fueron injuriosos con nosotros, hay tres factores importantes para conceder el perdón:

  1. Que se sienta un verdadero arrepentimiento de su parte.
  2. Que busque reparar la conducta.
  3. Que muestre un verdadero interés por el otro.

Una vez que sabemos que la contraparte verdaderamente quiere reparar, podemos comenzar con un proceso mutuo. Aquí algunos pasos para llegar al perdón en las relaciones importantes de nuestra vida:

  1. La elección de reparar de las dos partes.
  2. La actitud positiva de ambas partes.
  3. Disfrutar el momento: la reparación no está en los días, meses o años juntos; sino en cuidar cada momento y disfrutar el presente, crear momentos. Así la felicidad de los miembros de la relación no será una meta, sino un trayecto. 
  4. Autocuidado y autoconfianza: empezar por nosotros.
  5. Metas: establecer sueños con fechas definidas para trabajar hacia su cumplimiento, siempre en equipo.
  6. La sonrisa y el buen humor: mandan un mensaje de bienestar. Una sonrisa cuesta menos que la electricidad, pero da más luz y esperanza para la reparación.
  7. Verbalizar el perdón: hacerlo presente en la relación no representa debilidad, sino todo lo contrario. 
  8. Dar lo que das siempre regresa a ti: no esperar sólo que el que haya cometido la falla demuestre su interés en la relación. Hacer un trabajo de dar y recibir. 
  9. Sinergia: unir fuerzas. Se trata de sumar no restar ni dividir. Nadie vence dividiendo. 
  10. Fe: tener confianza en la reparación. De nada sirve intentarlo si no crees que puedes lograr un cambio.

El perdón es una decisión que llevamos a la acción. Y cómo hemos visto, no se logra de un día para otro. Se requiere del consentimiento, la fuerza de voluntad y la acción reparadora de las partes involucradas. 

Y tú… ¿Estás listo para perdonar y ser perdonado?

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